Hace casi 70 años, cuando Hank Aaron estaba en las ligas menores, la ficha con su evaluación como jugador decía que su nacionalidad era “negro”. Ahora, el primer jugador en superar la marca de home runs impuesta por Babe Ruth en las Grandes Ligas platica sobre lo que tuvo que superar como jugador afroamericano antes de romper uno de los récords más codiciados en MLB.
“Hice lo que tenía que hacer y trataba de manejarme con dignidad y fuerza”, dijo Aaron en una entrevista para MLB.com. “Ves, tenía un trabajo que hacer. Pero mientras hacía ese trabajo, nunca olvidé, ni por un minuto, que estaba siguiéndole los pasos a la persona más grande de mi era, y ése era Jackie. Él me enseñó que teníamos que concentrarnos y aguantar todo para que toda persona negra que quería jugar deportes pudiera aprovechar nuestros talentos y oportunidades”.
Esto viene de un hombre nacido en la década de los 1930. Aaron era un adolescente cuando Jackie Robinson rompió la barrera del color en las Grandes Ligas en abril de 1947 y tuvo que esperar hasta 1965 para ver cómo el presidente Lyndon Johnson firmó la ley de Derechos al Voto, la misma que prohibió la discriminación al voto.
Hank Aaron se crió en el sur de los Estados Unidos, nacido unos pocos años después de Willie Mays, quien también nació en el estado de Alabama. Ambos le siguieron los pasos a Jackie Robinson.
“Hubo otra cosa que Jackie nos enseñó a todos los peloteros negros que lo siguieron, y eso fue nunca aceptar un ‘no’ por respuesta”.
La nacionalidad de Aaron, pese a esa vieja hoja de evaluación, es estadounidense. La propia voz de Aaron ahora es más grande e importante que nunca.
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