Por muchos años, la ciudad de Los Ángeles ha sido el epicentro de muchas cosas que suceden en la costa Oeste de Estados Unidos. Reconocida por su amplia industria del cine y del deporte, la ciudad más grande de California tiene a dos de los equipos más distinguidos en el deporte profesional: Dodgers y Lakers.
Mientras los Lakers se han proclamado campeones de las Finales de la NBA en 17 ocasiones, los Dodgers han conseguido el título de la Serie Mundial en MLB 6 veces. Ambos son equipos de gran tradición en cada una de sus disciplinas, sin embargo, sólo una vez en la historia han podido coincidir en campeonatos: 1988.
En junio de ese año, los Lakers se coronaron por segunda temporada consecutiva como campeones de la NBA luego de que el entrenador Pat Riley prometió repetir el campeonato un año antes durante el desfile en 1987.
Si bien los Lakers de 1988 no tuvieron tantas victorias en la temporada regular como el equipo de un año anterior, tuvieron el mismo éxito en los playoffs, convirtiéndose en el primer equipo en 19 años en repetir como campeones dirigidos por Magic Johnson, Kareem Abdul-Jabbar y James Worthy.
La temporada de las Grandes Ligas en 1988 terminó con los Dodgers sorprendiendo a los Atléticos de Oakland, que habían ganado 104 juegos durante la temporada regular, en la Serie Mundial.
El momento más memorable de la serie se produjo en el Juego 1, cuando el lesionado Dodger Kirk Gibson, con una pierna lastimada, conectó un dramático home run como emergente ante el cerrador de los Atléticos Dennis Eckersley para ganar el juego para Los Ángeles. Eckersley había sido apabullante al conseguir 45 salvamentos para Oakland durante la temporada regular.