Martha Cedillo/Monterrey- El Salón de la Fama del Beisbol Mexicano se volvió a vestir de gala, ya que recibió la visita del Embajador de los Estados Unidos en México, Christopher Landau, quien llegó al Recinto de los Inmortales acompañado de los empresarios Francisco González Sánchez, presidente del Consejo de Administración de Grupo Multimedios y Milenio; Alfredo Harp Helú, dueño de los Diablos Rojos del México y de José Maiz, presidente de Sultanes de Monterrey.
En esta visita el Diplomático destacó lo espectacular que resultan las instalaciones del recinto, y no desaprovechó la oportunidad para mostrar su gusto por el beisbol, y al llegar pequeño diamante, Landau subió al montículo para hacerla de pitcher, lanzando una pelota al Cónsul de Estados Unidos en Monterrey, William H. Duncan, quien estaba en la caja de bateo.
Como catcher estuvo Isaí Garza, de la Liga Pequeña “Mala” Torres del municipio de Guadalupe, equipo invitado para el recorrido especial, y como ampáyer el empresario mexicano Harp Helú.
El resto de la comitiva fungió como espectadores, disfrutando no sólo la actividad en el área interactiva y deportiva, sino también la oportunidad de observar las diferentes exposiciones del Rey de los Deportes.
La visita al Salón de la Fama duró casi una hora, tiempo en el que los asistentes disfrutaron de las distintas áreas del inmueble, entre ellas, la del nicho de inmortales, que la noche previa tuvo la entronización de cuatro figuras del beisbol mexicano: Fernando “El Toro” Valenzuela, Daniel Fernández, Ricardo Sáenz y Cuauhtémoc “Chito” Rodríguez.
El nuevo Salón de la Fama se inauguró en febrero del presente año en una majestuosa ceremonia en la que estuvo el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. Nueve meses después, llegó la inmortalización de sus primeros "huéspedes" al lado de las otras 196 figuras del beisbol mexicano que han sido elegidas a lo largo de más de 45 años ya sea por sus logros como jugadores, managers, directivos o comunicadores.
En la comitiva figuraba también Ángel Macías, leyenda del beisbol y Niño Campeón de 1957, quien como en casa recorrió las instalaciones donde su nombre también se encuentra inscrito por su majestuosa hazaña del Juego Perfecto realizado en Williamsport.
Al final, los visitantes recibieron souvenirs oficiales del Salón de la Fama y se tomaron la fotografía del recuerdo. Séptima Entrada.