Si hay un nombre reconocido mundialmente en el béisbol es el de Babe Ruth, el gran cañonero que se hizo leyenda por darle la maldición del Bambino a los Red Sox mientras él levantaba los primeros cimientos de la dinastía de los Yankees en MLB. Veinticinco años después del retiro del Bambino, al otro lado de la frontera sur de los Estados Unidos debutó el mexicano que, a la postre, tendría más home runs que Ruth: “El Superman de Chihuahua”, Héctor Espino.
Espino debutó en 1960 en la Liga Central Mexicana, circuito que se afilió al béisbol organizado de MLB, donde pegó 28 vuelacercas. Ese mismo invierno, “El niño asesino”, como se le conoció en sus primeros años, jugó su primera temporada en la Liga Invernal de Sonora, después convertida en la Liga Mexicana del Pacífico; la primera semana jugó con los Yaquis de Obregón y el resto del año con el equipo al que le dedicó el resto de su vida: los Naranjeros de Hermosillo. En el invierno, Espino pegó 299 jonrones.
En 1962, Héctor fue contratado por los Sultanes de Monterrey en la Liga Mexicana de Beisbol y en sus primeras tres temporadas conectó los primeros 93 home runs de una fructífera carrera. Pegó 3 cuadrangulares en una breve estancia en la sucursal de mayor nivel de los Cardinals de St. Louis, y a pesar del gran interés del equipo estadounidense, el Superman regresó a la liga de verano en México para terminar con 453 home runs una carrera de 24 temporadas.
En total, Espino pegó 783 home runs, 21 más que el máximo jonronero de las Grandes Ligas, Barry Bonds; 28 más que Hank Aaron y 69 vuelacercas más que el famoso Babe Ruth.
En 22 temporadas en Las Mayores, “El Bambino” pegó 714 cuadrangulares, llegando a su máximo en 1927 cuando conectó 60. En 1972, entre la liga mexicana de verano y de invierno, Espino se fue para la calle 63 veces, e incluso, en 1964, alcanzó los 71 home runs jugando en ambas ligas.
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