“Sabemos lo que somos, pero no sabemos lo que podemos llegar a ser"
William Shakespeare
"En memoria y recuerdo del único e irrepetible Fernando Valenzuela Anguamea"
Nada como el mes de octubre, un mes lleno de emociones y buen béisbol. El tiempo y lugar preciso del año para apreciar cerrados encuentros, buen pitcheo y el bateo oportuno de los equipos. El espacio y momento donde las estrellas se convierten en leyendas y otros jugadores casi desde el anonimato tiene la oportunidad de destacar y convertirse en ellas. Se trata de días y juegos para disfrutar, para entender y aprender de principio a fin el juego de pelota.
Atrás quedaron ya, seis meses de temporada regular y los 162 juegos que la conformaron. De los 30 equipos que participaron a lo largo de la campaña solo 12 novenas consiguieron un boleto a la postemorada que les permitió aspirar al título. Ya bajo un nuevo formato de competencia y en igualdad de condiciones, esas doce escuadras empezaron una vez más de ceros en pos de lograr la victoria final en el también llamado Clásico de Otoño.
Finalmente dos equipos, uno de la Liga Americana, en este caso los Yankees de Nueva York que por cuadragésima primera vez jugarán una Serie Mundial y que regresan a la serie final tras una larga ausencia de quince años y otro de la Liga Nacional los Dodgers de Los Ángeles se verán las caras con un mismo objetivo: ganar cuatro juegos antes que su rival y con ello lograr el ansiado Trofeo del Comisionado que traerá sin lugar a dudas el orgullo y la alegría a sus aficionados al convertirse nuevamente en los monarcas del mejor béisbol del mundo.
Pero más que adelantar vísperas, o dar un vaticinio de lo que habrá de ocurrir en los próximos días o incluso ser capaz de afirmar que novena por una razón u otra saldrá triunfadora, hoy viernes que inicia la Serie Mundial me gustaría recordar la trascendenciapara el mundo del béisbol que han tenido los hasta ahoy 11 enfrentamientos de Serie Mundial entre Dodgers y Yankees, cuyo saldo favorece a los de Manhatthan con 7 victorias por 4 reveses.
La primera vez que tuvo lugar una Serie Mundial entre Yankees y Dodgers fue en 1941 hace ya 83 años, cuando ambos equipos compartían su localía y sede en la Ciudad de Nueva York, los primeros plenamente instalados en su sede del Bronx, en la llamada casa que Babe Ruth construyó y los segundos en Brooklyn y teniendo como sede el ya desaparecido Ebetts Field. Esa primera serie dejó para la posteridad el célebre error del catcher Mickey Owen, -quien por cierto jugó brevemente en México- en la novena entrada del cuarto juego esa serie y que en lugar de brindar el triunfo a los de Brooklyn abrió el regreso de los Yankees quienes remotaron la desventaja y terminaron ganando el partido y al día siguiente la Serie Mundial. El famoso passed ball que vive hasta nuestros días como uno de los errores más graves que se haya cometido en un diamante y también que dio pie a esa otra frase y en ocasiones realidad del juego de pelota, aquella de: las grandes tragedias suceden con dos outs.
Es la Serie Mundial Yankees vs. Dodgers la que más veces se ha dado en la historia de la MLB y que a puesto frente a frente a grandes leyendas del béisbol. Ejemplos sobran, pero valen la pena ser recordados. En 1955 la Serie fue ganada por Dodgers y más allá de la victoria lo que ha perdurado de ella fue y es el robo de home del gran Jackie Robinson ante la rabieta y enojo de Yogi Berra el catcher de los Yankees que pese a la decisión del umpier cincuenta años después seguía insistiendo en que Robinson había sido out.
Un año más tarde en 1956, los Yankees tomaron revancha y ganaron la Serie Mundial sin dificultad, en esa Serie tuvo lugar el celebre y hasta la fecha irrepetible juego perfecto en clásicos de Otoño y que lanzara Don Larsen y terminara con ponche el out y en la mascota del ya mencionado catcher Yogi Berra. A la postre el jugador de béisbol que más Series Mundiales ha ganado en la historia de este maravilloso deporte con 10 victorias; algo que incluso lo hace, con excepción de su equipo y de los Cardenales de San Luis que tienen 11 triunfos en su haber de Serie Mundial, con más triunfos y anillos que el resto de los equipos que han conformado y ahora la conforman la MLB.
Este ejercicio de grandes recuerdos me lleva necesariamente a recordar la Serie Mundial de 1963, un clásico de Otoño dominado de principio a fin por los Dodgers ya radicados en Los Ángeles, California y que nos permitió admirar a dos colosos de los diamantes el gran zurdo y lanzador estelar de los Dodgers Sandy Koufax y al poderos bateador de los Yankees que fue Mickey Mantle. Aquella Serie que terminó en una barrida de 4 juegos fue y es historia viva del juego de pelota que quedó escrita en letras de oro por quienesen ella participaron.
La década de los años setenta trajo dos nuevos enfrentamientos en años consecutivos, para ser precisos las Series Mundiales de las temporadas de 1977 y 1978, tras un cambio generacional y un espacio de menor protagonismo de ambas novenas, volvían a resurgir gracias a una nueva generación de peloteros para ambos equipos, los Yankees como resultado de las acciones de su nuevo dueño George Steinbrenner cuyo un estilo agresivo de contratación de jugadores revolucionó el mercado y el juego. Y los Dodgers con un importante trabajo de formación en sucursales que logró consolidar un grupo sólido de peloteros. En ambas ocasiones fueron los Yankees los vencedores y para la posteridad quedó la brillante y poderosa exhibición de Reggie Jackson en el sexto juego de la Serie Mundial de 1977 en la que concetó tres cuadrangulares al primer lanzamiento de tres diferentes pitchers de los Dodgers, en el juego que selló la Serie y que regresó a los Yankees al lugar de honor.
La última vez que ambas novenas se enfrentaron fue para nosotros como mexicanos histórica y la confirmación del talento y trascendecia de un joven novato con escasos 20 años de edad que de principio a fin dominó aquella temporada, alguien que incluso de la nada surgió e irrumpió en el mundo del deporte, me refiero al recientemente fallecido Fernando Valenzuela, quien ganó para los Dodgers el tercer juego de aquella Serie Mundial de 1981 tras lanzar un juego completo de 149 lanzamientos, -creo que hoy le darían unos días en la cárcel al manager y coach de pitcheo que lo permitiera- pero que los aficionados de los Dodgers y la aficion de Latinoamérica disfrutó de principio a fin.
Dodgers y Yankees, Yankees y Dodgers, que 43 años después se vuelven a ver las caras en un Clásico de Otoño. Un enfrentamiento que nos permitira disfrutar de probablemente seis de los diez mejores bateadores de la MLB, tres por equipo, Ohtani, Betts y Freeman por los Dodgers, los tres traídos con grandes contratos y sueldos para conformar un equipo espectacular, poderoso y contundente. Mientras que por los de Nueva York tendremos a Judge, Soto y Stanton, el primero formado de principio a fin en las sucursales de los Yankees y hoy su referente y capitán y los otros dos rescatados por un equipo capaz de pagar los contratos y sueldos de los equipos de los que surgieron y que apostó por ellos en busca de ese trofeo que tanto anhelan conseguir.
Sin importar la duración de la Serie Mundial, se estima y lo habremos de corroborar en los siguientes días, que este será el Clásico de Otoño más visto y de mayor audencia televisiva de la historia. Tras poco más de 50 años de mediciones, se espera que lo que habrá de ocurrir a partir de hoy supere lo antes medido y visto. No es para menos, hay mucha historia, talento e intereses económicos a la visto de todos y un factor adicional, se trata de los equipos de béisbol profesional más globalizados del mundo, con seguidores y afición prácticamente en todos los paises sobre la faz de la tierra.En un mundo globalizado Dodgers y Yankees son más conocidos y presentes que incluso Reyes y Jefes de Estado.
Un dato final, esta ocasión permitirá ver en acción a tres mexicanos o con ascendencia mexicana en su sangre y que en el pasado han representado y jugado como seleccionados mexicanos en los Campeonatos de Mundiales de Béisbol. Ellos son el receptor José Treviño oriundo de Corpus Christi, Texas y el jardinero izquierdo y aspirante al guante de oro esta temporada Alex Verdugo nacido en Tucson, Arizona por los Yankees de Nueva York y del también catcher Austin Barnes nacido en Oklahoma City, por los Dodgers. Suerte a nuestros compatriotas y que tengan un desempeño satisfactorio, sea, cuál sea el resultado.
No quiero anticipar un ganador, pero dos factores favorecen a Dodgers: la localía de 4 juegos y el anímico y emocional que habrá en el ambiente y en el estadio de los Dodgers tras muerte de Fernando Valenzuela. Una de sus más grandes estrellas, ahora ya una leyenda y referente, que habrá de estar no sólo en la manga del uniforme de los angelinos, sino en su mente e inspiración.
Pero bien sabemos que el béisbol se gana en el campo de juego, todo lo demás es especulación y en esta ocasión vencerá a querer o no, el que logré dominar a los poderosos y no poderosos bateadores rivales. El pitcheo es la clave en estos encuentros, no hay más y en mi opinión hay más talento en Nueva York que en Los Ángeles en este rubro, especialmente en el relevo intermedio que resulta ser hoy en día, fundamental para aspirar a un campeonato.
Más allá de la predilección y afición a unos colores, ciudad o equipo, querido lector, cuando llega la Serie Mundial, lo único seguro en el horizonte son las grandes tardes y noches de buen béisbol que nos esperan.
CÍRCULO DE ESPERA
Con profunda tristeza y pesar he recibido la noticia del fallecimiento del gran Fernando Valenzuela. Un hombre sencillo, discreto, profesional, que siempre demostró talento, fortaleza y temple desde la lomita de las responsabilidades tanto en la mejor liga de béisbol profesional del mundo, como en los campos de juego que lo vieron surgir en su natal Etchohuaquila, Sonora. Para la posteridad quedan ya sus logros deportivos, su impecable conducta dentro y fuera de los terrenos de juego, así como la humildad con la que siempre se condujo y vivió a cabalidad pese a la grandeza de su persona y el cúmulo de éxitos y logros que le acompañaron. Fue merecedor en vida de toda clase de homenajes y reconocimientos y sin embargo, en forma por demás admirable nunca perdió el piso o la dimensión de las cosas. Alguien que en lo suyo logró muchas veces la excelencia, que puso muy en alto el nombre de México y que nos hizo sentir infinidad de veces exitosos y ganadores. A Fernado Valenzuela el béisbol mexicano tanto el organizado, como el amateur le estará en deuda eterna por lo que aportó con su juego y carisma. Si algo es cierto e irrefutable es que gracias a él, legiones de personas dentro y fuera de México pusieron sus ojos y atención en el Rey de los Deportes y hoy son aficionados al béisbol. Personalmente hago llegar mis condolencias a su familia con mi aprecio y la admiración para ese gran beisbolista, ídolo indiscutible y mejor persona que fue. Descanse en paz.
casallena@live.com.mx