“Es imposible imaginar una mujer de los tiempos modernos que, como principio básico de individualidad, no aspire a la libertad”
Clara Campoamor
Hace una semana por los aires contaminados de la Ciudad de México surcó un globo en forma de dirigible con dos elocuentes y por desgracia irrefutables datos: “Ninguna en el olvido” y “10 feminicidios diarios”.
Esa protesta, por decir lo menos, no fui capaz de entenderla a cabalidad; debo confesarlo, mi interpretación se quedó francamente corta. Tras comentarlo con mi esposa e hijas y también con mi hijo que indudablemente pertenece y vive en estos tiempos, recibí no solo la merecida crítica a mi reducida interpretación de los hechos -evidentemente anclada en el pasado- sino también la orientación necesaria para hacer de esa experiencia, una lección de vida que agradezco. Gracias a sus comentarios y observaciones pude encontrar otras interpretaciones válidas, sensibles, actuales, pero sobre todo realistas de lo acontecido e incluso fui capaz de entender la alegoría poética que ese dirigible llevaba implícita y que fui incapaz de observar a primera vista, al lograr con ese gesto, ampliar nuestra visibilidad más allá del suelo y de lo cotidiano y al mismo tiempo gritar al cielo y sin restricciones la impunidad en que viven de manera especial y reiterada las niñas y mujeres que habitan nuestro país. Lo acontecido en casa fue para el que les escribe, todo un aprendizaje.
Es por ello, querido lector, que a manera de homenaje a esas cientos de mujeres que por desgracias no tienen voz, pero que no deben ser olvidadas y sus casos deben ser resueltos a cabalidad, he decidido escribir respecto de la participación y presencia de las mujeres en el mejor béisbol del mundo. Una presencia que por fortuna empieza a dejar de ser una excepción, para convertirse en algo cotidiano, necesario y atinado para los equipos y organizaciones que han confiado en ellas. Esto que les escribo en torno a la participación activa y valiosa de las mujeres en el béisbol, también es dedicado a aquellas mujeres que en forma ejemplar y pese a la adversidad, discriminación y desventaja en que han vivido han logrado abrirse paso en la vida, han obtenido logros y méritos profesionales por su capacidad y talento y se han ganado a pulso lo que tienen, incluyendo el respeto y la admiración de otros. Y por si fuera poco lo ya comentado, además se han dado el tiempo y la circunstancia para engendrar y criar hijos, formar familias, hacer hogares y hasta querernos. A todas ellas, mi admiración y respecto.
Los preparativos de la temporada del 2022 cuyos juegos de pretemporada arrancan esta semana han traído nuevos espacios laborales para destacadas y preparadas mujeres. Hoy más que nunca en el béisbol profesional de los Estados Unidos se disfruta un espacio de apertura profesional y reconocimiento a las mujeres. No sólo en labores administrativas, de preparación físico atlética, nutrición y medicina donde ya habían logrado llegar con dedicación y esfuerzo, sino también en los campos de juego, como entrenadoras, dirigentes, como instructoras y coaches dedicadas a la detección de talento y también a pulirlo hasta lograr los más altos niveles de excelencia y profesionalismo. Muestra de ello es este grupo de ejemplares mujeres que hoy en día ya están haciendo historia, tomando su turno al bat y mostrando capacidad, dedicación, amor y conocimiento del juego de pelota.
Los Medias Rojas de Boston han integrado a sus equipos profesionales a dos jóvenes talentos que brillaron en el softbol colegial, ellas son Katie Krall, ahora flamante Coach del equipo Clase AA los Sea Dogs de Portland y Bianca Smith quien a la postre se ha convertido en la primera coach afroamericana de ligas menores, cuya labor a desempañar, es la nada fácil tarea de desarrollar de talento para el equipo de Grandes Ligas. De ella se espera que con el paso de las temporadas sea promovida como coach de banca del equipo AAA en Worcester.
Los Yankees de Nueva York hace tan solo algunas semanas tomaron la histórica decisión de designar a Rachael Balkovec como manager del equipo Clase A Tampa Tarpons, lo que la ha convertido en primer mujer manager de un equipo profesional en los Estados Unidos.
Los cachorros de Chicago, también en concordancia con los valores de inclusión e igualdad que trajo a la ciudad de los vientos el senador Barak Obama, que como bien sabemos más tarde se habría de convertir en el primer presidente afroamericano de los Estados Unidos, designaron a Rachael Folden como la encargada del laboratorio técnico de bateo y cuarto coach del equipo de novatos en la Liga de Arizona que pertenece a los Cachorros, de ella, se hablan maravillas respecto a sus conocimientos técnicos del juego y seguro estoy de que habremos en el futuro de constatar la importancia de la aplicación científica de su trabajo al béisbol.
Por su parte los Mets de Nueva York que están tratando de formar un equipo de época, uno que reviva las glorias de los grandes campeones de 1969 y 1986 también han contratado dos mujeres de cara a la temporada 2022, ellas son: Gretchen Aucoin que ha sido designada como coach de ligas menores y Elizabeth Benn distinguida egresada de la Universidad de Columbia que fue designada como Directora de Operaciones del equipo, hecho que la convierte en la mujer con el cargo de mayor responsabilidad e importancia en la historia del equipo avecindado en Queens.
Uno de los equipos más impopulares de los últimos años, pero ciertamente lleno de jugadores talentosos son los Astros de Houston, sabedores de la mala fama que les persigue por el tema del robo de señales, los Astros han tomado la importante decisión de contratar a Sara Goodrum como su directora de desarrollo de jugadores del equipo, tras haber trabajado como coordinadora de bateo de Ligas menores de la organización. La presencia de Goodrum busca revertir la animadversión de los aficionados hacia el equipo de Houston y dar credibilidad a los logros y talento del equipo tejano.
En Toronto, los Azulejos también han decidido abrir espacios y oportunidades de trabajo a las mujeres, muestra de ello es la contratación de Jaime Vieira, quien tras algunos años en la organización en tareas administrativas e incluso haber llegado como interna al equipo y sin cobrar salario, gracias a su dedicación y conocimientos del juego ha sido designada como coach del equipo de ligas menores en Georgetown, Ontario.
Otros importantes casos a destacar son la contratación de los Atléticos de Oakland de Amelia Schimmel, en el micrófono y crónica deportiva, una decisión que la habrá de convertir una vez que inicien las actividades en la primera mujer en narrar béisbol para el equipo de la hermosa bahía californiana y el de Jillian Geib, con los Rockies de Colorado, quien tendrá a su carga la difícil y siempre ingrata labor que constituye ser la anotadora oficial de los encuentros, una posición que evidentemente confirma su amplío y vasto conocimiento del juego.
Afortunadamente también en México hace aire, pues dos compatriotas conocedoras del juego se han integrado en forma reciente a equipos de Ligas Mayores. Ellas son: Cristina Medina quien ha sido contratada por los Padres de San Diego para realizar parte de la preparación física de los equipos de Ligas Menores y quien actualmente está poniendo en forma a jugadores de la organización en la República Dominicana y Mariana Patraca destacada jugadora de softbol oriunda de la Ciudad de México que tras una discreta pero efectiva labor en puestos administrativos en la Liga Mexicana de Beisbol (LMB) ha sido designada como Gerente de Operaciones Internacionales y de búsqueda de talento (scouting) de los Diamantes de Arizona. Enhorabuena y éxito a todas ellas, pues su grata presencia definitivamente habrá de transformar la calidad del béisbol profesional de mayor exigencia en el mundo.
CÍRCULO DE ESPERA
Me era imposible evadirlo, dejar de comentarlo y precisarlo, triste y lamentable fue lo sucedido la tarde del pasado 5 de marzo en el Estadio Corregidora de la Ciudad de Querétaro. Más allá de que sea otro deporte profesional, lo acontecido es una vergüenza mayúscula y una demostración de barbarie, además de un acto criminal que debe ser perseguido y juzgado. Para quienes asistimos con regularidad a estadios nos queda claro que lo sucedido va más allá de la negligencia y el descuido. Hay algo muy turbio y podrido en todo esto. Muchas, muchas explicaciones le deben a la sociedad los involucrados, máxime cuando todos sabemos que es la impunidad, el alimento que nutre y fomenta las conductas delictivas que día a día se viven en el país. Si queremos estadios seguros, necesitamos equipos responsables y comprometidos con la integridad física de quienes asistimos a los estadios, esa debe ser su primera obligación y prioridad. No hay margen de error, o perdón en este gravísimo caso, ese equipo, esa organización falló en lo esencial y no merece una segunda oportunidad, debió ser la desaparición y desafiliación del Querétaro, la primera de una serie de obligadas acciones por emprender para evitar futuras tragedias, pero desgraciadamente han sido tibios en su actuar y evasivos al enfrentar el problema los encargados de cuidar por el bienestar de esa liga profesional.
Dos decisiones llamaron poderosamente mi atención en estos días previos al acuerdo que permitirá la celebración de la temporada regular 2022 en su totalidad y que incluirá la celebración de siete juegos dobles de nueve entradas a lo largo de la campaña. La abrupta e intempestiva separación de Derek Jeter de los Marlines de Miami, con el tiempo sabremos que hubo de trasfondo, pero indudable es y resulta que es el béisbol el que pierde con la separación y ausencia de un líder del tamaño y talento de Jeter. La otra, la decisión del beisbolista dominicano de los Nacionales de Washington Juan Soto de declinar la oferta millonaria de trescientos cincuenta millones de dólares por las siguientes trece campañas, que le hubiese permitido además de garantizar y con creces su futuro y el de su familia, permanecer en el equipo que le vio nacer profesionalmente y obtener su primer anillo de Serie Mundial. Un gesto que demuestra una ambición desmedida y falta de lealtad a su equipo. Se trata pues de una desafortunada decisión que permite ejemplificar con precisión el distanciamiento que existe entre propietarios y jugadores irónicamente cuando ese deporte vive los mejores ingresos de su historia.
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