Pete Alonso en el plato. Jacob deGrom en el montículo y un sano Yoenis Céspedes como bateador designado. No hay duda de que los Mets de Nueva York tienen motivos para creer que esta temporada acortada por la pandemia parece perfecta para ellos.
Lo único que tienen que hacer es retomar justo en donde acabaron el año pasado, luego de que fue uno de los mejores equipos en la segunda mitad del 2019, cerrando con una marca de 39-21.
Con la próxima temporada recortada a 60 encuentros debido al coronavirus, una marca similar con el mánager novato Luis Rojas probablemente les permitirá asegurar su lugar en la postemporada.
“Creo que es una carrera de 100 metros", dijo el gerente general Brodie Van Wagenen. “Estamos motivados, somos talentosos y sé que los jugadores llegan con la actitud de que hay un sentido de urgencia y de que no vamos a ceder ningún partido al inicio”.
El retraso de cuatro meses por el COVID-19 le permitió a Céspedes tener más tiempo para su rehabilitación y el toletero cubano de 34 años dijo que dijo que eso marcó la diferencia.
Intentará regresar de cirugías en ambos talones y después de una fractura en el tobillo derecho (en un raro accidente casero en su rancho), lesiones que lo han limitado a un solo partido de Grandes Ligas desde mediados de mayo del 2018.
Pero ahora dice que está seguro que estará listo para el primer día, el 24 de julio, ante Atlanta. Su compañero Michael Conforto aseguró que Céspedes ha lucido como “un monstruo" en la caja de bateo durante el campamento de verano en el Citi Field.
“Con todos los años que tengo de experiencia en las Grandes Ligas, es como montar una bicicleta”, dijo Céspedes.
Afortunadamente para los Mets las modificadas reglas en esta inusual temporada le permite a los equipos de la Liga Nacional tener un bateador designado. Esto le dio a Céspedes un lugar natural para él, incluso si sus pies no le permiten patrullar el izquierdo mucho tiempo. Con información de AP
