Esto no se acaba hasta que se acaba... y puede terminar de la manera más inesperada, increíble e mágica. El out 27 nunca llegó para los Tampa Bay Rays y fue porque un pelotero que tenía casi un mes sin dar de hit pegó el imparable con el que le dieron la vuelta a la pizarra.
Brett Phillips había estado en el dugout de los Rays viendo cómo su equipo ganó la Serie de Campeonato y cómo llegó a la octava entrada del Juego 4 de la Serie Mundial perdiendo 7-6 frente a los Dodgers. Había sido mudo testigo ya que desde el 9 de octubre que no había jugado. Pero se convirtió en el héroe en un inesperado final de juego.
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Phillips entró como corredor emergente en la octava entrada, por Ji-Man Choi, y después de que pasaron cuatro de sus compañeros, le tocó caminar a la caja de bateo. Tenía compañeros en segunda y primera con dos outs frente a Kenley Jansen.
En cuenta de una bola y dos strikes, sacó un batazo entre el jardín central-derecho que pifió Chris Taylor, con lo que Kevin Kiermaier anotó la del empate... y segundo después, Randy Arozarena timbró milagrosamente la del triunfo, después de una mala ejecución defensiva de los Dodgers.
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Phillips está en su cuarta temporada en MLB y llegó a los Rays este mismo año, en un cambio con los Kansas City Royals. El zurdo vio acción en los últimos encuentros de la temporada regular y en los playoffs y solo tuvo dos turnos al bat en esta postemporada, sin dar de hit. De hecho, su último imparable había sido el del 25 de septiembre, cuando pegó dos frente a los Philadelphia Phillies... pero ahora puede decir que el último es el hit con el que vencieron a los Dodgers en el Juego 4. Séptima Entrada
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