Pablo Ortega, uno de los ídolos más queridos en los últimos tiempos en los Tigres de Quintana Roo, tomó una pausa indefinida a principios de la temporada 2019 dejando abierta la posibilidad para regresar un día a los cerritos. Apenas cuatro meses después, la posibilidad desapareció mientras era presentado como nuevo manager de los Tecolotes de los Dos Laredos, haciendo realidad lo que poco a poco comenzaba a sospechar: el silencioso retiro de Pablo Ortega.
“Estoy muy contento por esta nueva oportunidad. Este año decidí retirarme como lanzador activo, tomé una responsabilidad como coach de pitcheo, la cual me dio un poquito más de experiencia. El año pasado estuve en Obregón también de coach, pero de bullpen, y ahorita viene una mayor responsabilidad”, dijo Ortega en su presentación como piloto de la novena neolaredense.
En su momento, el diestro ya había dado indicios de su eventual retiro. “Hay un momento donde uno tiene que decir ‘hasta aquí fue suficiente’. Ya estaba de relevo largo, un rol donde no era mi posición y había que darle lugar a un joven más”, mencionó el “Maestro”.
Mientras, Ortega cumplió su rol como coach de pitcheo con la organización felina, función que comenzó a ejercer desde el 7 de mayo cuando fue desactivado del roster como pitcher, dejando abierta la posibilidad de volver a subirse a una loma.
“Ahorita estoy enfocado en hacer el trabajo aquí, ya más adelante veremos si hay algún cambio para volver a lanzar”, mencionó los primeros días de junio el pitcher top 10 en porcentaje de ganados y perdidos de todos los tiempos en LMB.
Ahora, con una nueva responsabilidad por delante, Ortega sabe que tiene la experiencia necesaria para compartirla con los jóvenes y que sigan mejorando su nivel, pero específicamente, tiene una convicción que lo hizo tomar esta decisión.
“La verdad es que me siento contento, me siento capaz. No es fácil colgar los spikes, el tomar las riendas del pitcheo (de un equipo) y ahorita, esta gran oportunidad que se me da. Creo que me siento capaz”, afirmó el nuevo manager de los Dos Laredos.
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