La Selección Mexicana de Softbol no es obra de la casualidad

Hicieron historia al clasificar por primera vez a unos Juegos Olímpicos y se quedaron a una victoria de colgarse una medalla, este par de logros fueron el resultado de un proyecto que tiene más de una década en el que se partió prácticamente de cero.

Hoy la Selección Mexicana de Softbol ha ocupado los titulares y se convierte en un deporte de conjunto que hizo ruido, después de que se creó y desarrolló un proyecto que tomó tiempo para obtener sus primeros grandes resultados a nivel internacional.

​La historia de este proyecto comenzó en el año de 2011, cuando México participó en los Juegos Panamericanos que tuvieron sede en la ciudad de Guadalajara, Jalisco. Dirigidas en ese momento por Rolando Guerrero y con Andrés Montes como Presidente de la Federación Mexicana de Softbol, jugadoras con experiencia y compromiso como Clarisa Pérez, Mariana Patraca, Adriana Bojórquez, Gabriela Álvarez (por mencionar algunas), lograron finalizar en sexto lugar al terminar el torneo.

Después de este resultado, se comenzó a reestructurar el softbol a nivel selección, donde se empezó a scoutear a las jugadoras de maneras distintas, para después darle un mejor seguimiento al trabajo que ya se venía haciendo.

Para 2014, Rolando Guerrero se convierte en el Presidente de la Federación Mexicana de Softbol e invita a Carlos Caro (cubano) y Carlos Bernaldez a unirse al proyecto como entrenadores de la selección, dando la idea a Rolando, de llevar a cabo try outs en Estados Unidos para buscar a jugadoras mexicanas con un mejor nivel de softbol y poco a poco obtener mejores resultados. 

La idea fue tan viable, que en poco tiempo se fueron a Los Ángeles, California, donde llevaron a cabo dos try outs para reclutar nuevas jugadoras. Después de evaluar a las jugadoras y cerciorarse de que cumplieran con el requisito de ser mexicanas (ya fuera de manera directa o por raíces), se empezó a trabajar para participar en los Juegos Centroamericanos y del Caribe con sede en Veracruz (2014), donde se quedaron fuera del medallero al caer ante Colombia con pizarra 3-2 en el penúltimo día de competencia.

De 2015 a 2017, el cuerpo técnico siguió reclutando jugadoras mexicanas en los Estados Unidos. En 2018, se vio un panorama muy distinto de este proyecto, pues en los Juegos Centroamericanos y del Caribe celebrados en Barranquilla, Colombia, ganaron medalla de plata, pues perdieron la final ante Puerto Rico con pizarra 4-2.

Al ver este resultado, se confirmó que el proyecto que se había venido trabajando desde ocho años comenzaba a dar frutos, y esto, fue una gota de esperanza para un posible clasificatorio a Juegos Olímpicos.

Para 2019, participaron en los Juegos Panamericanos celebrados en Lima, Perú, donde se quedaron con un sabor agridulce, ya que perdieron el juego por la medalla de bronce contra Puerto Rico. Gracias a la experiencia de estos dos últimos torneos, el equipo se fortaleció en todos los aspectos y eso les sirvió de preparación para el Clasificatorio de las Américas en Surrey, Canadá, donde lograron el histórico boleto a Tokio 2020.

Carmen Alanís, quien funge como directora ejecutiva de la Selección Mexicana de Softbol, se siente orgullosa de todo el trabajo que se ha venido haciendo a lo largo de estos años:

“Este proyecto prácticamente nació del sueño de pensar que en algún momento el softbol iba a regresar a Juegos Olímpicos, por eso se comenzó este proceso desde hace 10 años. Poco a poco se fueron uniendo nuevas jugadoras, se llegó a Centroamericanos y a Panamericanos, se perdió la medalla y después de esto, clasificaron invictas para ir a Juegos Olímpicos”, comentó para Séptima Entrada.

Aunque en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, México perdió la medalla de bronce ante Canadá, el haber disputado una medalla olímpica se convirtió en otro gran paso de este proyecto que 10 años atrás soñaba con los Olímpicos... y hoy ya participaron en él finalizando en el cuarto lugar detrás de las potencias Japón, Estados Unidos y Canadá. Séptima Entrada

​

​

​